El eterno arte del Ukiyo-e Parte I
Este artículo titulado «El eterno arte del Ukiyo-e» representa las primera parte de las impresiones de un viaje a Japón.
En «El eterno arte del Ukiyo-e Parte II» describiremos la experiencia en el Kamigata Ukiyoe Museum de la ciudad de Osaka, Japón.
¿Por qué hablar del Ukiyo-e?
El Ukiyo-e es la «excusa» perfecta para ampliar nuestro conocimiento sobre la Historia del Arte. Nuestro sistema educativo occidental, incluso en sus formas más especializadas, tiene lagunas abismales a la hora de exponer un arte que no sea europeo o norteamericano. El Ukiyo-e, siendo el arte japonés más reconocido a nivel internacional, servirá precisamente como un acercamiento occidental para solventar el desconocimiento del arte japonés.
Etimología
Ukiyo-e significa literalmente: “Pinturas del mundo flotante”. “E” se traduce como “pintura”; “yo” significa “mundo”, y “Uki” se refiere a “flotante”. El ukiyo-e es un género de grabados realizados mediante xilografía en Japón entre los siglos XVII y XX. Aunque podemos establecer como raíces o precedentes los ehon -libros ilustrados- o las postales y los carteles de teatro Kabuki, su origen se circunscribe a la llamada cultura chōnin.
Orígenes del Ukiyo-e
Los chōnin eran una clase social pudiente de comerciantes y artesanos que emerge en el periodo Edo (1603-1868) en los centros urbanos de Edo, (nuestra actual Tokio), Osaka y Kioto. Esta clase burguesa desarrolla su propia cultura artística y de ocio, focalizándose en pasatiempos como el teatro o la lucha sumo.
La vida de la clase chōnin también se sumía en la subcultura de los barrios de placer, auténticos generadores de una subcultura al estilo los prostíbulos parisinos de finales del siglo XIX.
Artistas de la talla de Lautrec, Degas o Manet desarrollaron sus obras inspirándose en estos «barrios bajos», al igual que hicieron los japoneses.
El Ukiyo-e, por tanto, es el resultado artístico del enfoque hedonista que la cultura chōnin tiene ante la vida. Una vida en un “mundo flotante” vanidoso y efímero. Una filosofía ligera que, por cierto, nos recuerda a la “Levedad” en la novela “La insoportable levedad del ser” del escritor checo Milan Kundera.
Cualidades del Ukiyo-e
La pintura Ukiyo-e comienza como una técnica pictórica monocroma, realizada con tinta china, un tipo de tinta con más de 3000 años que nos presenta unos negros muy estables y permanentes.
En este oscuro líquido confluyen tanto el arte del dibujo y la pintura como el de la poesía y la caligrafía, artes hermanas de vital importancia para la espiritualidad tan arraigada en la vida japonesa. Se trata de actividades con valor ceremonial, como pueden ser la ceremonia del té, los arreglos florales o las artes marciales.
Todas ellas son actividades meditativas relacionadas tanto con el budismo zen como con el sintoísmo, las religiones predominantes en el país.
La tinta china, por su cualidad de permanente, requiere de gran concentración y de esta inducción a un estado meditativo: los trazos se hacen “alla prima”, sin poder rectificar y buscando siempre una armonía que precisa de
enorme maestría.
La técnica del Ukiyo-e
El Ukiyo-e representa escenas cotidianas pintorescas, muy del gusto aristocrático. Sin embargo, su popularidad requirió de una técnica serial para realizar muchas copias en poco tiempo.
Para ello, se empezó a trabajar el Ukiyo-e con la técnica de la xilografía, realizando los dibujos sobre una plancha de madera para después estampar la tinta en el papel.
La xilografía es la forma más antigua de grabado. A diferencia de en Occidente, los japoneses no empleaban una prensa mecánica para ejercer presión entre el papel y la plancha de madera previamente entintada -para la consiguiente transferencia del dibujo-, ellos empleaban un Baren, es decir, una almohadilla mediante la que ejercían presión de forma manual.
Más adelante, los editores se dieron cuenta de que las que más vendían eran aquellas policromadas a mano. Por ello, instaron a los artistas a darles color, lo que era un proceso excesivamente laborioso, requiriendo demasiado tiempo.
El Nishiki-e
Precisamente por el problema del tiempo, surge la idea de realizar para cada ilustración diferentes planchas, la llamada técnica del nishiki-e, realizando y estampando una plancha por cada color que requiriera la imagen final.
De esa forma, estampándolas sobre el mismo papel con suma precisión para que se ajustasen siempre al mismo encuadre, conseguían la policromía de forma más eficiente.
El recurso de la xilografía democratizó enormemente el consumo de estampas en el siglo XVII, ampliándose su público receptor hasta clases más bajas. Si bien, es cierto que al serializarse la producción, se pierde la idea de “obra de arte única” como un objeto exclusivo e incluso extraordinario y/o mágico.
Impacto de los maestros japoneses en los impresionistas
Podemos destacar cronológicamente los siguientes artistas de Ukiyo-e que tuvieron gran repercusión en el Impresionismo occidental:
Moronobu (1618-1694): quien aún trabaja en negro sobre blanco y Masanobu (1686-1764), coetáneo de Moronobu.
Toyonobu (1711-1785): fue el primero en incorporar el color a sus elegantes dibujos.
Harunobu (1724-1770) estuvo más interesado en escenas de corte sexual y erótico, muy populares en la cultura chonin
Hokusai (1760-1849): probablemente el más conocido de los artistas Ukiyo-e. La fama de La gran ola o la serie “36 vistas del Monte Fuji” sirvió de inspiración a las pinturas sobre la Montaña Sainte-Victoire de Cézanne.
Saraku (1770-1825) quien representó a diversos actores de teatro.
Hiroshige (1797-1858) un magnífico artista que influye enormemente en Van Gogh.
Devenir del Ukiyo-e
El fallecimiento de los artistas más importantes de este arte, junto con el auge de la fotografía que desbanca a las estampas, consiguen que el ukiyo-e pase de moda.
En el siglo XX hay un cierto renacimiento durante los periodos Taishō (1912-1926) y Shōwa (1926-1989). Surgen dos movimientos: el Shin hanga, literalmente: “nuevos impresos” y el sōsaku hanga “impresos creativos”.
- El primero busca salirse del mainstream del momento y recoge una fuerte inspiración del arte impresionista a nivel estético, aunque se mantiene fiel a las temáticas tradicionales. Será exportado en su mayoría a EE. UU.
- Por otro lado, el sōsaku hanga no goza de tanto reconocimiento; se trata de obras más creativas para los artistas, pero no fueron bien acogidas por el público.
Aunque este arte prácticamente ha desaparecido hoy en día, no podemos desprestigiar su enorme influencia en el anime y el manga actual. Hokusai ya realizabaen su momento Manwua, caricaturas e ilustraciones cómicas con textos, precedentes directos de lo que hoy conocemos como manga.
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