La crítica de arte no pasa por su mejor momento. Actualmente, se trata de una profesión bastante incomprendida. A menudo, es calificada de innecesaria, snob y se mantiene alejada del espectador. Sin embargo, la crítica de arte es una profesión especializada que todavía resulta necesaria dentro del mundo del arte. Y hoy vamos a intentar demostrarte por qué.
Orígenes de la Crítica de Arte
Lo cierto es que, cuando alguien se imagina al típico crítico de arte presuntuoso al que le pagan por dar su opinión, tiene razones históricas para hacerlo. La crítica de arte surgió históricamente como una actividad muy exclusiva, enmarcada en un ambiente elitista y destinada tan solo a unos pocos espectadores privilegiados.
Concretamente, nació en los salones parisinos en el siglo XVIII. Ocurrió gracias a las ganas de evaluar una obra de arte de forma profesional, así como de informar y educar al público con un criterio experto.
Este público minoritario fue expandiéndose paulatinamente hasta convertirse en un público mayoritario, como actualmente. De hecho, hoy podemos afirmar que se puede disfrutar del arte a un coste bastante razonable razonable para la mayoría, cuando no es totalmente gratuito.
¿En qué consiste la crítica de arte?
La crítica es un género a caballo entre la literatura periodística y la opinión en el que se vierten juicios o comentarios que aportan argumentos estéticos acerca del valor de una obra de arte.
El crítico es el encargado, pues, de confeccionar una literatura crítica en torno al arte recurriendo a su capacidad argumentativa para discernir por qué una obra de arte es buena o no. Y para ello, debe manejar una retórica sofisticada sin escatimar en un esfuerzo didáctico por transmitir su opinión a un público generalizado.
La Crítica en la Historia del Arte
Resulta muy curiosa la necesidad de los historiadores del arte por hacer crítica. Es casi casi una necesidad natural.
Quizá sea por el espíritu humanista, o quizá por la madurez que se obtiene como espectador del arte, pero cuanto más sabes del tema, más ganas tienes de criticar. Es así. Por eso, es normal que el conocimiento se vaya mezclando con la opinión, y que se pase de los ensayos académicos a la crítica literaria.
Ya, pero… ¿por qué defender a la crítica de arte?
Porque, cuando el arte se democratiza para todo el mundo y alcanza a las masas, la especialización se vuelve necesaria. Muchas personas juzgan una obra de arte en base a su gusto personal, algo totalmente lícito, dicho sea de paso. Pero eso no basta.
Te puede gustar una obra de arte que es de mala calidad, y viceversa, pero solo un experto en arte te puede explicar la diferencia entre una y otra. Por eso, la figura del crítico es una figura necesaria entre la obra del arte y el espectador.
Eso sí, la crítica de arte no consiste en convencerte como espectador de que te tiene que gustar una obra solo porque la figura de autoridad de turno lo diga. En realidad, el objetivo último de la crítica es que tú despiertes tu propio sentido crítico, tengas curiosidad por seguir investigando y aumentes tu conocimiento sobre la obra para elaborar un criterio estético más sólido.
¡Ojo con la curaduría de arte!
¡Se me olvidaba! otro punto muy curioso que guarda cierta relación con la crítica de arte es que la figura del crítico de arte esté de capa caída en comparación con la del Curador de Arte.Un curador de arte es una persona encargada de comisariar una exposición. Es decir, se encarga de dirigirla y participar activamente en su diseño y desarrollo construyendo una narrativa entre los objetos y el espectador.
La habilidad del curador reside, por tanto, en poder contar una buena historia a través de las imágenespara que el visitante se sorprenda y reflexione sobre el asunto que se esté mostrando en ese momento.
Y aquí es importante saber que la persona que se encarga de elaborar una exposición artística no es un técnico. El trabajo especializado no se limita a la colocación de los objetos en una sala.
Más bien, el curador lo que hace es recurrir al espacio ofrecido a priori para producir un conocimiento determinado, hilando lo que «aún no se conoce bien» con lo que «se desconoce por completo». El curador siempre genera un nuevo relatointelectual para la sociedad.
Amante de la lectura y la escritura (no hay lo uno sin lo otro), la creación de contenido y la investigación en Humanidades. Entusiasta de los viajes culturales y el coleccionismo de experiencias, recuerdos y sensaciones.
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