Mazcuerras: un municipio histórico
Seguro que no os sorprende que volvamos a hacer una ruta turística por Cantabria. Y es que este no es el primer artículo en el que venimos hablando de su grande patrimonial y belleza paisajística. En este caso, toca pararse en Mazcuerras, un municipio histórico conocido como “Luzmela”, la antigua Malacoria, ubicado en el Valle de Cabuérniga.
Sin duda, Mazcuerras es un sitio ineludible que visitar para cualquier amante de esta comunidad autónoma, ya que su tesoro patrimonial se remonta a la Prehistoria.
Historia
La zona que ocupa en la actualidad Mazcuerras estuvo habitada desde la Edad de Piedra por pequeños núcleos de población; concretamente desde el Paleolítico Superior (35.000-10.000 a.C).
Los yacimientos líticos así lo atestiguan, ya que se han hallado varios restos en un yacimiento de Ibio, una localidad de Mazcuerras. Más adelante, en época prerromana, se asentó un grupo de la tribu cántabra de los blendios (populi prerromana; significa “brillante” o “resplandeciente”) que habitaba el Valle del Besaya desde Reinosa hasta Suances en castros de tradición céltica.
Durante la época de dominación romana, se cree que el territorio de Mazcuerras era una ruta alternativa a la calzada principal, que cruzaba el valle del Besaya. Con la Edad Media, el territorio pasó a formar parte del alfoz de Cabezón; es decir, que pertenecían al concejo de la villa de Cabezón.
Con el siglo XIV, la Casa de la Vega extendió un gran dominio señorial sobre la zona, hasta que el concejo de Cabezón comenzó el Pleito de los Valles en torno al siglo XV para eludir cualquier forma de dominio señorial sobre el lugar. Y así, Mazcuerras acabó siendo reconocido, junto a otros pueblos, como realengo (calificación jurisdiccional por la que se establece la dependencia directa del rey de España) durante el siglo XVI.
Si deseas visitar este municipio y necesitas solicitar información, puedes hacerlo a través de la página web del Ayuntamiento de Mazcuerras.
La niña Luzmela
Concepción Rodríguez Espina y García Tagle fue una escritora española perteneciente a la insigne generación del 98.
Nacida en Santander, la capital de Cantabria, Concha Espina, como era conocida, se erigió con el tiempo como una novelista ilustrada de la literatura española de mitad del siglo XX.
Su relación con Mazcuerras la encontramos precisamente en una de sus novelas más importantes titulada “La niña Luzmela”, cuyo escenario fundamental era el municipio que sirvió de refugio a varios artistas, como Regino Sainz de la Maza o Josefina Aldecoa.
Edificios emblemáticos
Mazcuerras es la puerta de entrada a la ruta de los Foramontanos, término con el que se designa a los antiguos pobladores de la época de la Reconquista.
El paisaje reúne bellísimos ejemplos de Patrimonio Regional, desde las casas de origen medieval, que aparecen aisladas o en hileras, hasta las casonas montañesas con sus características balconadas y arcadas de piedra.
De estas últimas es significativa la Casa Palacio de Gutiérrez y Mier, una casona con una fachada principal de sillería, arcos de medio punto y balcones volados sobre una peana de piedra. Asimismo, destaca la Casa Palacio de Escalante por su carácter noble, tal y como rezaban los carteles turísticos, una edificación con dos alturas y altillo, de planta rectangular. La fachada principal también alberga una arcada de medio punto y una solana de madera de cuatro tramos.
El edificio más emblemático nos pareció que fue el Palacete de Las Magnolias, una arquitectura de estilo ecléctico con ínfulas goticistas que se aprecian en los arcos conopiales rebajados de ventanas y puertas. Cabe incluir la arquitectura religiosa de Mazcuerras, capitaneada por la iglesia de San Martín y las ermitas de San Roque, San Pedro y Cintul.
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