Religión egipcia: metafísica fundamental y ritos
La religión egipcia es tan antigua como las incontables capas de arena que conforman sus desiertos. Conservamos algunos resquicios únicos en las pirámides, los relieves y las esculturas que resisten el paso del tiempo.
La historia de la religión egipcia es la de una civilización especialmente volcada en el ámbito funerario y el arte. Un pueblo que prestaba atención a la muerte como una parte imprescindible de la existencia, ya que el espíritu sobrevivía tras la vida y, en ocasiones, regresaba al mundo de los vivos para cumplir un cometido.
Datos generales
La religión egipcia está estrechamente ligada a la mitología y, por consiguiente, a la simbología artística.
Los egipcios creían en un panteón de dioses con características animales que representaban distintas fuerzas de la naturaleza y del cosmos. Su modelo de sociedad estaba constituido bajo una Teocracia, es decir, un sistema político donde los gobernantes actuaban como “ministros de los dioses”, y en base a ese poder ejercían su política.
Según el manual de Historia del Arte de la editorial ECIR, la cabeza del gobierno era el faraón, hijo del dios Rah, el creador de la vida, y era considerado un dios viviente, por lo que la mayor parte de la producción artística e imaginería giraba en torno al faraón.
El sistema de creencias egipcio era bastante complejo ya que, como venimos diciendo, era politeísta. Una de las creencias más extendidas era la de la vida de ultratumba, la idea de que existía un “más allá” tras la muerte.
Esta vida de ultratumba está ligada a conceptos muy importantes dentro de la metafísica de la religión egipcia, como son el ka, el ba, el aj, el ren, el ib y el sheut.
Componentes del espíritu humano
Según es-academic.com (donde se menciona que la información sustraída provendría de fuentes como El libro egipcio de los muertos del egiptólogo Wallis Budge) para hablar del alma humana desde el punto de vista de los egipcios, tenemos que entender, primeramente, que para ellos existen varios componentes dentro del espíritu humano.
Estos componentes son una especie de fuerzas o energías que otorgan de distintas cualidades a las manifestaciones espirituales del universo. De esta manera, existen distintos tipos de principios energéticos vitales, a saber:
Ka (fuerza vital): es la fuerza vital que confiere al hombre la inmortalidad espiritual. Es una especie de doble del cuerpo humano.
Ba (fuerza anímica o alma): es la fuerza animada de cada ser fallecido. El ba solo se manifiesta en los difuntos, haciendo de intermediadora entre el más allá y el mundo terrenal. El ba abandona el cuerpo del individuo al morir, pero cada noche acude al sepulcro para alojarse en el cuerpo del difunto. Por ello, el difunto necesitaba ser embalsamado, realizar “dobles escultóricos” y falsas puertas para que el ba pudiera saber dónde establecerse, y por qué umbral acceder al mundo terrenal.
Aj (fuerza de transfiguración): es la forma con la que el difunto habita en el más allá (cuando viene al plano terrenal lo hace con la forma del ba). Es una fuerza espiritual que se transfigura en luz, la sustancia última del alma humana.
Ren (el nombre y la identidad): el nombre de las personas tiene fuerza espiritual. Es un nombre que a medida que avanzan los años va cambiando, generalmente alargándose para ir adquiriendo nuevos significados identitarios.
Sheut (la sombra): es literalmente la sombra de los seres humanos, a la que se le achacaba una fuerza espiritual. Los dioses tenían su propia sombra, que simboliza los aspectos negativos de nuestra especie.
Ib (corazón): espacio de los pensamientos y emociones.
El Ankh o Cruz ansada
Según la World History Encyclopedia, uno de los símbolos con más carga esotérica dentro de la religión egipcia es el Ankh o cruz ansada.
Se trata de una llave que portan los mismos dioses, y que simboliza la vida, de tal manera que el dios que la porta es poseedor de “la llave de la vida”. Es una imagen con un gran poder, y se relaciona con el concepto de fertilidad e inmortalidad. La cruz ansada aparece en numerosos relieves egipcios de la mano de divinidades como Rah, Horus, Sejmet o Anubis.
Ritual de momificación
El rito de ultratumba, conocido como ritual de momificación, es un culto muy difícil de ejecutar que estaba estructurado en varios pasos, y que guarda una gran relación con los conceptos metafísicos vistos anteriormente.
Según el manual «Historia del Arte» de la editorial ECIR, los pasos del ritual de momificación de la religión egipcia (más allá del embalsamamiento, que puedes consultar aquí) serían:
- Momificación del difunto y elaboración de una estatua “doble del difunto”: garantizaba que el ka y el ba se quedasen unidos
- El difunto se sube a la barca del Sol-Rah para descender al mundo inferior durante el ocaso (para los egipcios, la tierra era plana y el sol pasaba por debajo).
- Al llegar al mundo de ultratumba, el difunto se presentaba ante el Tribunal de Osiris.
- Psicostasis: el tribunal pesaba el alma del difunto, poniendo en una parte de la báscula una pluma y en la otra el corazón (Ib). La justicia (maat) de la balanza determinaría el destino del alma humana.
La momificación en un principio solo pertenecía al faraón y las clases sociales altas. Esto se debía a que era un complejo ritual, muy sofisticado, y requería de muchos recursos. La mayor obra en vida de un faraón era, curiosamente, su futura tumba: las pirámides. Éstas eran construidas por esclavos (prisioneros de guerra o infractores de la ley) y por campesinos (felláh).
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