Éfeso ¿La ciudad de Artemisa?
Es curioso que las ciudades antiguas reciban el nombre de los dioses y gobernantes que las consagran. De ahí que, por ejemplo, Afrodisias tenga como referencia a Afrodita; Atenas a Atenea y Alejandría a Alejandro Magno. Hoy, en nuestro viaje por Turquía, un país de contrastes, te contaré lo que descubrí de Éfeso, la ciudad de Artemisa.
Para ello, seguiremos la guía proporcionada por el Museo Arqueológico de Éfeso.
La misteriosa etimología de Éfeso
El nombre de Éfeso ha llegado hasta nuestros días casi sin interrupción, aunque sigue generando misterio. No hay claridad en cuanto a su origen etimológico y mientras algunos investigadores mantienen que fue una ciudad fundada por la mítica tribu de las Amazonas, otros sostienen que deriva del hitita «Apasas», una ciudad fundada por este pueblo.
Curiosamente, algunas otras fuentes anotan que el nombre viene en realidad de «apis» que significa «abeja» en latín, el cual era el emblema de Éfeso y así constaba en sus monedas.
Las abejas tienen la particularidad de picar y al mismo tiempo fabricar la miel, y se relacionan con Aristeo, dios de la caza y de los valles e hijo de Apolo. Pero también lo hacen con la fecundidad y por ende, con la diosa Artemisa de la caza, los parajes montañosos y silvestres y la luna.
Por tanto ¿Era Éfeso la ciudad de la diosa de las abejas, la ciudad de Artemisa? Afirmarlo sería deshonesto, pero, como una de tantas hipótesis, queríamos rescatarla ya que nos parece una de las más plausibles, teniendo en cuenta la importancia que cobró el templo lidio de Artemisa (el cual, por cierto, fue una de las inspiraciones de nuestro blog y del nombre que porta).
Pincha aquí para ver cómo se vería el Artemision en la realidad, tras una reconstrucción virtual.
Fundación
Hacia finales del siglo XIII a.C el pueblo dorio invadió la península griega de norte a sur, expulsando al pueblo aqueo, autóctono, hacia las costas orientales del Egeo para desembarcar en Anatolia occidental.
Allí fundaron ciudades como Milet, Esmirna, Colofón y Éfeso, constituyendo el estilo jónico junto con los indígenas de la región. El resultado de esta fusión fue un nuevo pueblo vivaz, atrevido y valiente.
Las tesis sobre la fundación de Éfeso son diversas, como hemos visto en el apartado anterior: por un lado, los relieves de las Amazonas del templo de Artemisa nos retrotraen a una antigua sociedad matriarcal; pero Estrabón y Pausanias indican que el fundador de la ciudad era Androcles de Atenas, quien aparece representado junto a su propio mito en los relieves del templo de Adriano.
Periodos históricos
Como todos los enclaves importantes, Éfeso vivenció diferentes períodos históricos con la sucesiva llegada de pueblos y culturas distintas:
Primero, los lidios (VII a.C) después, los persas (VI a.C) el imperio de Alejandro Magno y Lisímaco (334 a.C) los romanos (88 a.C) y los turcos (VII<).
Recorrer las ruinas de Éfeso implica atravesar el umbral que une y separa todas estas culturas. Por ello, vamos a detenernos en los monumentos más icónicos (aunque es una guía bastante somera) que guarda esta maravillosa ciudad. Viajemos hacia el pasado.
1. La puerta de Magnesia y las murallas
Las murallas y puertas de Éfeso constituían el punto defensivo más importante. Había tres puertas principales: la del puerto, la de Coressos y y la de Magnesia, al este.
Las murallas rodean toda la ciudad y se juntan en el puerto. Se ha conservado una parte muy pequeña en la zona norte pero, por su relevancia histórica, las mantenemos en la lista de imprescindibles.
2. Odeon
La ciudad de Éfeso fue administrada por dos asambleas: el Senado (buleuto) y la Asamblea Popular. El Senado se reunía en el Odeon, por lo que también recibe el nombre de «buleuterio».
Funcionaba como una especie de pequeño teatro cubierto por una techumbre. Se accedía a las gradas por pendientes abovedadas con escalones. Existía la posibilidad de acceder por ambos lados, como es habitual en este tipo de arquitectura.
3. La Basílica
La basílica se encuentra entre el ágora del Estado y el Odeon. Las naves se separaban por columnas jónicas, con capiteles de cabezas de toro. No se conservan vestigios del techo de madera.
4. El Ágora del Estado
Éfeso tenía dos ágoras, una del Estado y otra comercial. El ágora comercial se encuentra cerca de la Biblioteca de Celso, al oeste de la ciudad. El ágora del Estado se encuentra en la meseta meridional de la basílica.
Tenía pórticos con columnas y un edificio rectangular (Templo de Isis) que fue destruido en tiempos de Augusto, a quien le desagradaba la cultura egipcia. El grupo de estatuas de Polifemo fue desplazado al lado del estanque de la fuente de Polio, en la plaza de Domiciano, al oeste del ágora.
Al extremo sudeste se encuentra una cisterna y al sudoeste la fuente de Lecanio Basso, todavía no restaurada, con una fachada de dos pisos decorados con columnas.
5. La Plaza y Templo de Domiciano
El camino al oeste del ágora conduce a la plaza de Domiciano, en cuyo transcurso se ven dos bajorelieves del dios Hermes agarrando el cuerno de un carnero y una cabra.
Hay algunos edificios de la plaza cuya función todavía se desconoce, pero la plaza era un centro comercial importante, donde los edificios al lado de la fuente de Polio se utilizaban como pequeñas tiendas.
El templo de Domiciano se eleva sobre la terraza sur de la plaza, y es uno de los edificios más célebres. Se accedía por medio de una esalera monumental de 8 escalones mientras 8 columnas sostenían los inmensos frontones y 13 columnas se alineaban en los lados. En conjunto, se trataba de un peristilo. El altar se expone actualmente en el Museo de Éfeso.
6. El Monumento de Memmio
En el extremo septentrional de la plaza, un edificio parcialmente restaurado con nichos semicirculares y bloques de relieves conforma el monumento de Memmio (siglo I).
Sobre un fragmento de arquitrabe se lee la siguiente inscripción: «Caio Memmio, hjo de Caio, nieto de Cornelio Sulla el Salvador».
Al oeste se encuentra una fuente de cuatro columnas corintias y un estanque oblongo con estatuas de Diocleciano, Maximiano, Constancio Cloro y Galerio.
Entre las ruinas resalta un altorrelieve de una Niké (siglo II).
7. La puerta de Heracles
En la calle que baja del monumento de Memmio se encuentra una puerta monumental del siglo V.
Solo se han restaurado las jambas de la puerta, que ostentan altorrelieves de Hércules envestidos en pieles de León. El relieve de Niké, diosa de la victoria, en vuelo con una corona en la mano provenía del segundo piso de esta puerta.
8. La vía de los curetos
Es la vía sagrada que va rodeando el monte Pión y cruza desde la plaza de Domiciano hasta la Biblioteca de Celso. El pavimento es de bloques regulares de mármol.
La literatura mitológica nos dice que los curetos eran sacerdotes envestidos en hábitos ceremoniales que salían del Pritaneo en procesión para llegar hasta la biblioteca y salir por la puerta de Adriano para rodear el monte Coressos y llegar a Ortigia, lugar de nacimiento de Artemisa.
Los curetos, una vez llegados a Ortigia, representaban el nacimiento de la diosa.
9. El templo de Adriano
Es el edificio más emblemático de la vía de los curetos.
Su fama se debe a la riqueza de los ornamentos de la fachada, a las columnas con capiteles corintios y el frontón semicircular de estilo sirio. Sobre la piedra clave del frontón se ve el busto de Tyche, la personificación del destino y la fortuna, con una corona en la cabeza. En el dintel de la puerta se ven frisos clásicos con motivos perlados y huevos.
En el tímpano del dintel se encuentra el relieve de Medusa, representada como una joven rodeada de hojas de acanto.
10. La puerta de Adriano
Construido en honor al emperador, la puerta de Adriano está a la izquierda de la Biblioteca de Celso, e iniciaba el camino a la Ortigia. Está orientada más que a la vía de los curetos, a la de mármol; tiene tres arcos y se eleva sobre tres pisos, constituyendo un bello ejemplo tallado en mármol.
Biblioteca de Celso
La biblioteca, actualmente restaurada, es uno de los edificios más emblemáticos de todo Éfeso. Tiberio Julio Celso Polemeano era gobernador de la provincia de Asia entre el 105 y el 107.
Su hijo, Tiberio Julio, mandó construir este monumento funerario en su honor, aunque fue posteriormente destruida en el siglo X tras un terremoto.
Destacan especialmente las estatuas de nichos de la fachada, que acogen a Sofía (La Sabiduría) Episteme (La Ciencia) Euonia (La Fortuna) y Areté (La Virtud).
11. El Ágora comercial
La otra puerta anexa a la biblioteca es la de Maceo-Mitridates, que daba acceso al ágora comercial de Éfeso. Tiene una forma cuadrada de 222 metros de largo en los laterales, y fue construida en el siglo III durante la fundación de la ciudad por Lisímaco.
Se han conservado las tiendas del sur, frente a las cuales había un pórtico con columnas. Durante las excavaciones también se descubrió un reloj de sol de la época del emperador Caracalla, exhibido hoy en día en el Museo de Éfeso.
12. El templo de Serapis
Al salir del ágora comercial por la puerta del oeste llegamos al Templo de Serapis, un dios sincrético de la cultura egipcia y griega que fue declarado patrón de Alejandría. Se trataba de un templo próstilo compuesto por pronaos, naos y opistodomos, hecho con enormes trozos de mármol, con columnas monolíticas de capiteles estiilo corintio.
13. La vía de mármol
Vía sagrada entre la biblioteca de Celso y el gran teatro.
Tiene el suelo cubierto por grandes losas de mármol colocadas como una espiga. La parte superior del muro fue destruida en época bizantina, a fin de quitarle las abrazaderas de acero y plomo.
14. El teatro
Construido por primera vez en época helenística, el teatro ha sido restaurado numerosas veces en épocas posteriores.
Es el más grande de los teatros de Turquía, pensando para contener a 24 000 espectadores y servir de escenario a la Asamblea Popular una vez al año. Fue ahí donde San Pablo predicó la nueva religión a los efesinos y donde una parte de estos respondieron, irreverentes ¡Viva la Artemisa de Éfeso!
Como es habitual en los teatros, el de Éfeso se componía de la escena, la orquesta semicircular y el graderío o cávea. La escena tenía tres pisos, planta baja incluida; el muro del fondo se sostenía por columna de tres pisos con nichos, frontones y estatuas en cada nicho.
La cávea tiene una forma algo más ancha que una semiesfera, y se divide por dos grandes diazomas semicirculares. El artesón del palco imperial se encuentra en la orquesta, no se conoce su sitio original. Los espectadores accedían al teatro por las escaleras laterales.
15. El templo de Artemisa
El templo de Artemisa ocupaba un lugar conocido como «el foso inglés» en la carretera de Selcuk a Kusadasi.
Considerado como una de las siete maravillas del mundo antiguo, actualmente tan solo pervive una sola columna en pie. Las obras expuestas en la sala del Artemisio en el Museo de Éfeso fueron descubiertas durante las excavaciones del templo; otros descansan en el Museo Británico.
El templo poseía 115 metros de largo y 55 de ancho con tipología arcaica. Era el santuario de mármol más grande construido hasta ese momento, en torno al VI a.C. Poseía una doble fila de columnas que rodeaban la estructura, hasta 127 en total, y las columnas fueron ofrecidas en honor a Artemisa por Creso, último rey de Lidia.
Entre los objetos descubiertos pertenecientes al altar destacan las monedas de electrón, las mas antiguas del mundo, así como vasijas con adornos geométricos y ornamentos de marfil, oro y plata que formaban parte de las ofrendas sagradas.
16. La mezquita y baños de Isa bey
Se trata de uno de los ejemplos más antiguos de cultura turca en la comarca de Selcuk.
Los suelos de los baños eran de mármol, con cúpulas abiertas al exterior por medio de vanos circulares y una calefacción por medio de un hipocausto.
La mezquita se encuentra en la falda occidental de la colina de Ayasuluk, sobre la cual se eleva también una fortaleza y la Iglesia de San Juan (cristiana).
La mezquita fue construida en 1375 por orden de Isa Bey, jefe del señorío de Aydinoglu. El portal occidental tiene un marco dentro del cual resalta un arco ojival saliente, bellamente decorado. Las ventanas de la fachada son rítmicas y alineadas, y algunas poseen ornamentos típicamente árabes, como la escritura cúfica, los atauriques (arabescos vegetales) y la bicromía de los arcos.
17. La casa de la Virgen
Quizá sea el lugar más sorprendente de todo Éfeso por motivos teológicos. Caterina Emmerich, una monja alemana paralítica, tuvo una serie de visiones donde describió los últimos años de vida de la Virgen María y las ruinas de la casa donde habitó, cerca de la naturaleza.
En 1891, un equipo dirigido por el religioso Young recorrió los montes cercanos a Éfeso y llegaron a la conclusión de que el sitio llamado «Panaya Kapulu» local era, en efecto, el último lugar de residencia de la madre de Jesús.
En el sitio, Ortigia, lugar de nacimiento de Artemisa, había nada más que un edificio en ruinas donde los cristianos de la región se reunían desde hacía décadas para celebrar la Asunción, el 15 de agosto.
La casa de la Virgen también se reconoce por la comunidad musulmana, que se acerca al paraje santo a rezar. El lugar, cubierto por densos bosques, también acoge una cisterna romana de época tardía.
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