Ángeles (1): origen y descripciones
Para las religiones monoteístas, los ángeles (mensajeros divinos) son seres celestiales de gran benevolencia que actúan como intermediarios entre lo divino y lo humano. Habitan en un plano de existencia más elevado que el terrestre, y existen distintas categorías y funciones en las que podemos dividirlos.
Origen de los ángeles
Según la teología católica, los ángeles son criaturas sobrenaturales o espíritus que han sido creadas por Dios de forma individual. A pesar de no ser omniscientes, poseen un alto juicio moral e inteligencia, y su conocimiento trasciende el de los seres humanos. Se desconoce el número exacto que conforman, pero según una visión del apóstol Juan, este describió la existencia de hasta centenares de millones de ángeles (Revelación [Apocalipsis] 5:11).
Descripción católica de los ángeles
Aunque los ángeles poseen cierta voluntad, esta, en última instancia, está sujeta al mandato de Dios (como todas las criaturas vivientes). Algunos fragmentos del Libro Sagrado católico describen el papel de los ángeles y su naturaleza de la siguiente forma:
Sirven a Dios (Salmo 103:20; Apocalipsis 22:9). Se regocijan en lo que Dios hace (Job 38:6-7). Son instrumentos de los juicios de Dios (Apocalipsis 7:1; 8:2). Traen respuestas a la oración (Hechos 12:5-10). Ellos no se casan ni se reproducen; todos son “hijos del Dios verdadero” (Job 1:6; Marcos 12:23). Animan en momentos de peligro (Hechos 27:23-24). Cuidan de los justos al momento de su muerte (Lucas 16:22), etc.
Sin embargo, los ángeles no son una entidad uniforme, sino que se dividen en distintas jerarquías y tienen apariencias muy distintas.
¿Son buenos todos los ángeles?
No. Una de las cosas que sostiene el cristianismo es que los ángeles que se alejan de las órdenes de Dios (desobediencia o rebeldía) son expulsados del paraíso y reciben el nombre de “ángeles caídos”.
En el cristianismo, el más famoso de todos es Lucifer (lucero del alba o portador de luz), a menudo relacionado con Venus, la estrella del alba y del atardecer. Se le cita por primera vez en la Vulgata de san Jerónimo:
¡Cómo has caído del cielo, Lucero, ¡hijo de la Aurora! ¡Has sido abatido a la tierra dominador de naciones! Tú decías en tu corazón: «escalaré los cielos; elevaré mi trono por encima de las estrellas de Dios; me sentaré en el monte de la divina asamblea, en el confín del septentrión escalaré las cimas de las nubes, seré semejante al Altísimo. (Isaías 14. 12-14) (Fuente: https://www.bible.com/)
Por otro lado, según la tradición del Antiguo Testamento, Lucifer se identifica con una estrella caída del cielo, puesto que, en el lenguaje bíblico, las estrellas están relacionadas con los ángeles (Fuente: https://navarracaminopatrimonioyciencia.es). En otros libros apócrifos del cristianismo, como el Libro de Enoc (reconocido por la Iglesia copta ortodoxa y la Iglesia católica copta) se mencionan curiosamente más nombres de ángeles caídos, como Azazel, Remiel o Semyazza.
¿Lucifer y Satanás son lo mismo?
Según el cristianismo, Lucifer (el Reluciente) fue uno de los ángeles más bellos, llenos de sabiduría y cercano a Dios: «¡Tú eres el sello de semejanza de Dios, lleno de sabiduría y perfecto en la belleza; tú vivías en las delicias del paraíso de Dios y todo fue empleado para realzar tu hermosura!» (Ez 28, 12-12). (Fuente: https://es.aleteia.org/).
Queriendo ser como Dios, se rebeló contra él por soberbia (de ahí que sea el peor pecado de todos) y arrastró a un ejército de ángeles consigo. Desde el momento de su rebelión, a Lucifer se le denomina como “adversario”, un término que en hebreo se escribe como “Satán”. Por tanto, para esta religión, los términos “Lucifer” y “Satanás” corresponden a la misma entidad demoníaca, con la diferencia de que Lucifer hace alusión al “Príncipe de los demonios” antes de ser expulsado del Paraíso, y Satanás a su nombre posterior.
En cambio, supuestamente, el gnosticismo (New Age, teosofía y esoterismo) los describe como dos personajes totalmente diferentes. Satanás sería un demonio al uso (la apariencia de pezuñas y cuernos no surge en la Biblia, sino en la mitología paleocristiana de influencia clásica y el arte medieval), mientras que Lucifer sería “la sombra del logos”. Es decir, el portador de la luz del conocimiento y liberador de la humanidad, al más puro estilo de Prometeo. (Fuente: Wikipedia. Falta que la enciclopedia, a propósito de este párrafo, señale las referencias de las que se sustrae esta información).
Los 7 arcángeles de la Biblia católica
La Biblia católica menciona hasta un total de 7 arcángeles “vi a los siete Ángeles que estaban delante de Dios, y ellos recibieron siete trompetas” (Apocalipsis de san Juan, 8:2). Los arcángeles son santos (hagios=el que es sagrado) ya que, durante la rebelión del Génesis, decidieron permanecer al lado de Dios y rechazaron formar parte de la legión luciferina, adquiriendo esta condición especial.
Solo conocemos el nombre de 3 de ellos:
Miguel (“¿Quién como Dios?”): mencionado en varios libros de la Biblia (Daniel, Judas y Apocalipsis) como uno de los principales príncipes de la jerarquía celestial. Es una entidad guerrera que lucha contra Lucifer y los ángeles caídos expulsándolos del cielo, y a menudo se le representa con armadura y una espada mientras pisa la cabeza del enemigo.
Rafael (“Dios sana”): es patrono de los viajes, los enfermos, ciegos, médicos, pastores y amantes jóvenes. Aparece mencionado en el libro de Tobías, siendo Dios quien envía a este arcángel para que lo acompañe en su travesía.
Gabriel (“Fortaleza de Dios”): es el anunciador de revelaciones divinas. Aparece en el libro de Daniel como mensajero divino, explicando al profeta distintas visiones; también aparece en el Evangelio de Lucas anunciando a Zacarías el nacimiento de san Juan Bautista y a María el del niño Jesús.
- Fuente: https://desdelafe.mx/
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