La enseñanza de Buddha
El budismo es una doctrina que comprende una variedad de prácticas, ritos y tradiciones cuyo origen se encuentra en el legado legendario de Siddharta Gautama, o lo que podríamos llamar la enseñanza de Buddha. Para ello, recurriremos al libro“La enseñanza de Buda” del Bukkyo Dendo Kyokai (la Fundación Promotora del budismo).
Datos generales sobre budismo
El budismo nació hace unos 2.500 años al nordeste de la India, en un clima de gran agitación intelectual y religiosa en el que los preceptos védicos se empezaban a poner en duda. En medio de un ambiente de crispación hacia la doctrina védica, surgió la figura legendaria de Siddharta Gautama (563-483), «el Sakyamuni», hijo del gobernador Sudhodana, rey de la república de los Sakyas y príncipe de la actual Nepal.
Aunque no podemos afirmar desde la veracidad histórica su existencia, lo que sí sabemos con certeza es que de su figura legendaria surgió un auténtico legado teórico que no siempre comenzó siendo religioso. De hecho, en sus orígenes, el budismo fue más bien una filosofía o ética de vida que brindaba ciertos códigos para mejorar la calidad de vida de los individuos.
Sin embargo, con el paso del tiempo, fueron proliferando numerosas sectas de carácter religioso. Como sistema religioso, el budimo se ha mantenido vigente hasta la actualidad, y aunque ha desaparecido prácticamente por completo de la India desde las invasiones mahometanas del siglo XII (exceptuando Nepal y alrededores), la popularidad de esta religión asciende actualmente a los cinco millones de adeptos.
La leyenda de Buddha
1. Nacimiento de Buddha
La Fundación Promotora del budismo nos cuenta lo siguiente:
En las faldas sureñas del Himalaya, a orillas del río Rohini, se encontraba la ciudad fortificada de Kapila, capital del reino de los Sakyas. El rey Sudhodana Gautama que heredara la sangre pura de sus nobles antepasados, gobernaba sabiamente, siendo aclamado con júbilo por el pueblo (…) su esposa, la Reina Maya, soñó un día mientras dormía que un elefante blanco penetraba en su vientre y quedó embarazada (…) la alegría del Rey Suddhodana era indescriptible y le puso de nombre al niño Siddharta, que significa “el cumplimiento de todos los deseos (…) Por aquellos tiempos, un ermitaño llamado Asita se percató de la extraña radiación que emanaba del castillo y se dirigió a él. Viendo al príncipe, pronosticó: Si el niño permanece en el castillo hasta su edad madura, llegará a ser un gran rey que dominará los cuatro mares, y si entra en la vida religiosa, será el Buda que salvará al mundo
2. Juventud de Buddha
Más adelante, a la edad de siete años el príncipe salió al campo:
El príncipe salió al campo con su padre y contempló cómo un pequeño pájaro se llevaba en su pico el pequeño insecto que había quedado prendido del arado al ser removida la tierra, y pensó: ¡Pobres!, las criaturas vivas se comen unas a las otras. Diciendo esto, se sentó bajo un árbol a meditar
Siddharta, habiendo perdido a su madre al poco de nacer, fue acumulando una dura carga en su corazón. Esta carga era causada por los sufrimientos de la vida. El rey, preocupado por su estado, rodeó a Siddharta de danzas y música durante diez años. Pero el príncipe seguía sufriendo:
El lujo de la corte, este cuerpo sano, esta juventud que todos admiran ¿qué sentido tienen para mí? El hombre enferma y con el tiempo envejece. La muerte es ineludible. La juventud, la salud y la existencia ¿Qué significado pueden tener? (…) Vivir es estar en busca de algo. Sin embargo, hay quienes en la misma búsqueda encuentran algo erróneo, mientras que otros lo verdadero. El que encuentra lo erróneo es porque va en pos de no envejecer, de no enfermar, de no morir
3. Madurez de Buddha
A la edad de los veintiún años, Siddharta entró en la vida religiosa saliendo del palacio en su caballo blanco, Kanthaka, acompañado de su sirviente Chandaka. Fue entonces cuando se le acercó el demonio de la tentación. Le sugirió volver a su vida de lujo en el palacio, pero Siddharta lo ahuyentó. Después se rapó la cabeza y se dirigió al sur, como un mendigo.
En su viaje desde Nepal llegó hasta la India, llevando una vida ascética y austera radical. Esta vida tampoco le sirvió para encontrar lo que buscaba en sus meditaciones. Dejando la práctica que había ocupado los últimos seis años de su vida, se bañó en el río Neranjara. Entonces aceptó una taza de leche de Sujata, una mujer de la zona.
Los cinco seguidores que le habían acompañado en su viaje, al ver este gesto denigrante, lo abandonaron. Siddharta se quedó solo, y con sus últimas fuerzas se sentó a meditar bajo un árbol, de donde no se movió mientras le asaltaban los demonios:
Pero, al amanecer, el alma del príncipe brilló con la luz de la divinidad, alcanzando la iluminación. Se convirtió en Buddha a los 35 años de edad, en la mañana del 8 de diciembre
Así es como el Sakyamuni pasó de príncipe a Buddha “El Iluminado”. A través de la reflexión profunda y la meditación.
La enseñanza del Buddha
La enseñanza de Buddha se encarga de dar respuesta a un problema vinculante a toda la humanidad: el sufrimiento. Por tanto, el budismo responde (muy heterogéneamente) a las siguientes preguntas existenciales: ¿Qué es el sufrimiento y cómo podemos evitarlo?
Buddha prescribió las Cuatro Nobles Verdades arya-chatvari-satya (britannica.com). En ellas, afirma que la vida se caracteriza por una frustración e infelicidad que impregnan todo por culpa del apego y la ignorancia.
Esta forma de vida se puede superar si se sigue el Noble Camino Óctuple, un sendero que consta de ocho elementos terapéuticos que abarcan la vida personal y social:
- Recta opinión, recto propósito, recta palabra, recta conducta, recto sustento, recto esfuerzo, recta atención y recta meditación.
Buddha también nos enseña cuáles son los doce eslabones del surgimiento interdependiente (pratitya-samutpada). Este «surgimiento» es el ciclo de reencarnaciones en el que caemos a causa de la ignorancia y el apego.
Sucede cuando los seres humanos no aceptamos el cambio y la temporalidad de las cosas (anitya). También ocurre a causa de la felicidad efímera del apego hacia las personas y los objetos materiales.
Comprender este proceso determina la calidad moral de nuestras acciones, y es aquí donde radica la singularidad del budismo respecto a otras religiones:
- Vencer la ignorancia implica el comienzo del proceso de liberación del sufrimiento.
Dicho proceso culminaría en la meta final de la vida: el Nirvana. El Nirvana, del sánscrito; pali, Nibbana, es la extinción del karma, la adquisición de un estado de beatitud. El Nirvana no implica la destrucción de la personalidad, sino el bloqueo de la emancipación del alma que impide el ciclo de reencarnaciones.
Dos tipos de Nirvana
En último lugar, es interesante citar los dos tipos de Nirvana que existen, según AcademiaLab:
- Uno que se puede alcanzar en vida, donde las condiciones naturales de la persona permanecen.
- Otro, llamado Parinirvana, destruye toda condición que la persona tuvo antes de morir.
Es preciso puntualizar que el Nirvana no implica la «nada» o el «vacío». Cuando uno alcanza el Nirvana en vida, su conexión con el universo físico permanece sin la ignorancia y el apego. Es un estado de fuerte sensación de existencia, determinación y habilidad para percibir lo que nos rodea.
Alcanzar el Nirvana implica alcanzar el cese del sufrimiento y liberarnos de nosotros mismos.
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