Ho’oponopono: la responsabilidad total
¿Qué es el Ho’oponopono, una religión, una filosofía o un proceso psicológico? En el artículo de hoy te ayudamos a resolver todas las dudas. Para ello, recurriremos al volumen “Ho’ponopono: descubre los milagros de la sabiduría hawaiana” de Laurence Dujardin.
*Aviso importante*: te aconsejamos que todo lo que leas a continuación lo hagas bajo una mirada crítica y distante. La finalidad de nuestro blog es la de investigar y exponer las diversas creencias religiosas y espirituales que dan la vuelta al mundo según el prisma de las Ciencias de las Religiones. Bajo ningún concepto las fomentamos desde un punto de vista teológico ni compartimos necesariamente todo lo expuesto.
La espiritualidad polinesia
Los orígenes del Ho’oponopono se remontan a los primeros habitantes de la isla de Hawái, en la Polinesia, quienes practicaban el animismo y el politeísmo. Se trata de una corriente espiritual cargada de filosofía metafísica que se ha transmitido oralmente a lo largo del tiempo, por lo que no se conservan fuentes escritas antiguas.
El significado de “Ho’oponopono” se traduce como “enderezar, poner las cosas en orden o establecer el equilibrio” y la esencia de esta creencia radica en la resolución de conflictos (incluso de vidas pasadas), la reconciliación con los otros a través del arrepentimiento, el perdón y el amor.
Su origen se encuentra en antiguos rituales de la tradición hawaiana en el que las comunidades resolvían sus diferentes problemas de comunicación, que suponían una fuente de caos y desavenencias para las tribus. De hecho, era común considerar que un mal comportamiento podía ocasionar diversas enfermedades, y que las disculpas y el enmendamiento de un error eran herramientas fundamentales para reparar el desgarramiento emocional de una familia, núcleo central de la vida polinesia.
El Ho’oponopono actual
Para comprender cómo se ha transformado el Ho’oponopono en la actualidad, es imprescindible conocer la figura de Morrnah Nalamaku Simeona, una “kahuna lapa’au” (sacerdotisa, médica, maestra, consejera) nacida en 1913 en Hawái.
Morrnah desarrolló la práctica de esta creencia de forma individual en lugar de colectiva, trabajando en la noción asiática del “karma” presente en religiones como la hinduista o la budista.
El karma puede entenderse como el ciclo eterno de causas y consecuencias vinculadas a la existencia. Se trata de una fuerza poderosa que nos ata a una espiral de la cual sólo es posible purificarse siendo plenamente responsables de lo que nos sucede. Este es uno de los principales preceptos de Morrnah.
Para librarnos del efecto bumerán del karma de esta vida y de las anteriores, debemos deshacernos de todos los recuerdos negativos imprimidos en nuestra alma. En este sentido, la persona que siga la creencia Ho’oponopono tendrá que conectar consigo misma y recuperar su divinidad interior, un concepto que vemos extendido a lo largo y ancho de la llamada cultura New Age.
La fórmula Ho’oponopono para enmendar errores
Un mantra para ir disolviendo el karma y enviar energía amorosa para corregir el problema consiste en repetir la siguiente fórmula regularmente: “lo siento, perdóname, gracias, te amo”.
Según el maestro espiritual Ihaleakala Hew Len, discípulo de Morrnah, practicar el Ho’oponopono implica, sobre todo, amarse a uno mismo. También defiende que no sólo somos responsables de las acciones que cometemos, sino también de las que cometen otros, por lo que la liberación interior únicamente puede alcanzarse mediante la repetición incesante de las citadas palabras.
Sin embargo, no todos los seguidores de la creencia están de acuerdo con esto último. Al menos, no lo estuvieron en primera instancia.
Al maestro espiritual Joe Vitale, famoso por su aparición en la película “El Secreto”, le costó un tiempo digerir los preceptos del Ho’oponopono. Eso de sentirnos responsables de lo que decimos o hacemos suena razonable, pero, ¿serlo también de lo que hacen o dicen los demás? Para eso ya hay que tener tragaderas.
No obstante, la espiritualidad hawaiana es inflexible: hay que asumir la responsabilidad total y sin ambages de lo que nos sucede, incluso lo que no podemos controlar. Cuanto antes lo aceptemos, antes estaremos supuestamente en posición de liberarnos.
Y tú: ¿Piensas que es justo asumir esa responsabilidad total o es una forma de volvernos sumisos y pasivos ante los cambios que podemos exigir del entorno que nos rodea?
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