Historia de la Astrología (4): Grecia
¿Cuándo se empezó a profundizar sobre las ideas astrales en Grecia? No hay una respuesta definitiva, pero sabemos que, hasta el siglo I a. C., no se desarrollaron conceptos fundamentales para interpretar astralmente el cosmos y al ser humano. Sin embargo, la aportación de filósofos como Platón o Aristóteles en la creación de una cosmovisión es imprescindible para entender el desarrollo de la astrología posterior.
Beroso y la transmisión de la astrología babilónica
¿Cómo llegaron las ideas astrales babilónicas a Grecia? En un principio, los eruditos babilonios que sabían griego transmitieron sus enseñanzas a occidente. Entre ellos destaca Beroso, sacerdote del dios Bel (Marduk) nacido en la Babilonia helenizada de Alejandro Magno.
En De architectura, Vitruvio relata que Beroso fundó una escuela de astrólogos en la isla de Kos. Su fundación podría datar en torno al 281 a. C, y su repercusión y reputación fueron enormes. Por ejemplo, Plinio el Viejo relata en Maior naturalis historia que Beroso era todavía muy reverenciado en la época imperial por sus predicciones divinas. Tal era el respeto que se le tenía que se le dedicó una estatua en la que la lengua estaba recubierta de oro.
Podemos afirmar con bastante certeza que Beroso es el autor de las Babilonicas, unos textos donde el público de habla griega puede acceder a conocimientos esotéricos orientales. Los textos originales se han perdido, pero los fragmentos citados por autores grecorromanos permiten reconstruir partes de estos. Hablaban de la teoría de los cometas y del llamado «Año Universal».
Dice Séneca al respecto:
«Beroso afirma que el curso de los astros determina el tiempo de un diluvio. Un incendio asolará la tierra cuando todas las estrellas, que ahora recorren órbitas diferentes, coincidan en Cáncer. Una inundación tendrá lugar cuando la multitud de las mismas estrellas se encuentre en Capricornio. Lo primero es producido por el solsticio de verano; lo segundo por el solsticio de invierno» (Naturalium Quaestionum III, 29).
Beroso dejó una serie de datos acerca del mundo anterior a lo que los autores mesopotámicos y bíblicos denominaron el “Diluvio Universal”, pero esta información se perdió con la destrucción de la Biblioteca de Alejandría. Así mismo, habló de una progenie de «reyes monstruos» que guardan paralelismos con los Nefilim del Génesis (6:1-4) que puedes leer aquí.
Platón
Platón (427-347) es el primer griego que conocemos que relacionó mitológicamente el firmamento con el destino terrestre. En Timeo, habla de las estrellas fijas como «seres vivos divinos e inmortales» y coloca a los planetas en relación directa con el tiempo que el Demiurgo creó junto a su par:
«Una vez que cada uno de los que eran necesarios para ayudar a crear el tiempo estuvo en la revolución que le correspondía, y tras sujetar sus cuerpos con vínculos animados, fueron engendrados como seres vivientes y aprendieron lo que se les ordenó, comenzaron a girar según la revolución de lo otro, que en un curso oblicuo cruza la de lo mismo y es dominada por ella. Unos recorren un círculo mayor y otros, uno menor; los del menor tienen revoluciones más rápidas, los del mayor más lentas«.
En su cosmología, Platón encaminó todo el esoterismo de occidente. Hasta la actualidad, la astrología posee una correspondencia simbólica (esos «vínculos animados» de Platón) entre los planetas. También persiste en el esoterismo la concepción del cosmos como un ser viviente cuyas partes están todas unidas entre sí. Además, en Timeo, las estrellas y los dioses reciben del Demiurgo el encargo de crear seres vivientes asociando lo mortal con lo inmortal, y de conducir sus destinos de acuerdo a su misma constitución. Pero no se trata de astrología en sentido clásico, sino de una mitología que involucra a los cuerpos celestes y los dota de un sentido metafísico. Es decir, que la aportación de Platón en la astrología antigua consistió en su elemento místico.
Aristóteles
El más importante de los alumnos de Platón, Aristóteles (384-322) contribuyó a que la astrología científica pudiese hacer su entrada en la Grecia antigua, y lo hizo desarrollando un modelo explicativo del cosmos.
Aristóteles veía a la Tierra como el centro del mundo, rodeada de círculos de planetas y con un firmamento de estrellas fijas. Estrellas y planetas estaban relacionados entre sí y sometidos al movimiento y al cambio, procesos que, en última instancia, siguen un único impulso. Esos movimientos son opuestos: la esfera de las estrellas fijas encarna el principio de permanencia, mientras que la esfera de los planetas contra el cinturón zodiacal expresa la dinámica de la vida terrestre. Por tanto, las condiciones y la duración de la vida en la tierra están determinadas por esos movimientos de sentido contrario.
Por otro lado, Aristóteles relacionó los 4 elementos con «4 cualidades originarias» que han influido hasta la astrología moderna:
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Elemento / Cualidad / Estado de agregación
Fuego / Cálido / Seco
Aire / Cálido / Húmedo
Agua / Frío / Húmedo
Tierra / Frío / Seco
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Esta búsqueda es mucho más antigua que la época del filósofo. Su presencia puede documentarse ya desde finales del siglo VI a. C., en particular de la mano de los pitagóricos que atribuían al número 4 una enorme importancia. Pero fue Aristóteles quien relacionó los efectos de las cualidades primordiales recién mencionadas a la sustancia de los planetas y otros cuerpos celestes.
Su efecto también puede verse en el campo de la medicina, con el esquema basado en el número 4 y la doctrina de los «4 humores» de Hipócrates de Cos, que sirvió para clasificar y tratar enfermedades. Esta doctrina consistía en lo siguiente:
- Los humores son sistemas químicos que regulan el comportamiento humano
- Categorización de los humores: sangre (generada en el corazón), flema (generada en el cerebro), bilis amarilla (hígado) y bilis negra (bazo)
- El equilibrio de los humores garantiza la salud
- El desequilibrio se asocia a una tendencia de la personalidad o «temperamento»
«Por eso, una persona con exceso de bilis amarilla se consideraba colérica, mientras que una persona melancólica (deprimida o cansada) era el resultado del exceso de bilis negra. Por otro lado, las personas flemáticas (tranquilas e indiferentes) lo eran por un exceso de flema, y los que tenían exceso de sangre se consideraban sanguíneos (pasionales y dinámicos).
Además, los griegos vincularon esta teoría hipocrática con la de los cuatro elementos de Empédocles: agua, fuego, tierra y aire; también con las cuatro estaciones del año: primavera, verano, otoño e invierno; con las cuatro etapas de la vida humana: infancia, juventud, edad adulta y vejez; y con las cuatro cualidades elementales: frío, caliente, seco y húmedo«. (Fuente: rtve.es)
Hiparco de Nicea
Hiparco de Nicea (Turquía, 190 a. C-120 a. C) fue un astrólogo, astrónomo, geógrafo y matemático griego. Se dedicó intensamente a la astronomía babilónica, creó un catálogo de estrellas sobre el que Ptolomeo basó después sus estudios y averiguó el valor matemático de la precesión, el movimiento asociado con el cambio de dirección en el espacio que experimenta el eje de rotación de un cuerpo. Lo fijó alrededor de 1° cada 100 años, cifra muy cercana a la magnitud exacta.
- Fuente: «Astrología: una historia desde los inicios hasta nuestros días» de Kocku von Stuckrad, profesor de la Universidad de Ámsterdam en la Cátedra de Historia de la Filosofía Hermética.
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