Hinduismo: la madre de Asia Parte I
El hinduismo, también conocido como la “religión eterna” o Sanatana Dharma, es una religión extendida en el sur de Asia (India y Nepal mayoritariamente) que está conformada a partir de diversas doctrinas con ciertos criterios espirituales y rituales comunes. El hinduismo es la gran madre filosófica de Asia; una religión cuyos orígenes son más antiguos que los del jainismo y el budismo. Explorémosla a través de los apuntes que recopilé en mi curso de Historia y Filosofía de las Religiones de la Fundación Zubiri.
Aproximaciones generales
El hinduismo, que ha producido un número incontable de videntes, santos, profetas, filósofos y gurúes, se ha ido formando gracias a la experiencia religiosa de millones de personas a través de los siglos.
Se trata de una religión muy compleja de definir, ya que no posee un credo o cuerpo doctrinal único, ni un sistema dogmático universal o un culto uniforme.
Pese a ello, es posible trazar un hilo conductor, explicado por autores como Sir Alfred Comyn Lyall, quien lo describe así: “el hinduismo es un conjunto de cultos, ritos, creencias, tradiciones y mitología basadas en los textos sagrados y las prescripciones de los Brahamanes (…) un hinduista es aquella persona que sigue normas de conducta, ceremoniales establecidos en torno a la alimentación y el matrimonio, y la adoración de los dioses”.
Paradójicamente, el hinduismo permite una gran libertad de pensamiento, pero las reglas de conductas son muy estrictas. Por ejemplo, si uno desea vivir plenamente integrado en la India, tiene que aceptar la tradición brahmánica, la ortodoxia de los textos sagrados, adorar a los dioses y sus reencarnaciones u observar las reglas de la institución del matrimonio.
Los Vedas
Los Vedas son los textos fundacionales del hinduismo. Del sánscrito «conocimiento», conforman un cuerpo literario de cuatro textos que actúan como la base filosófica de la remota religión védica, religión que precede al hinduismo y que fue sistematizada en el llamado período brahmánico.
El Vedismo o brahmanismo fue la religión importada por los pueblos invasores arios, quienes incursionaron en la India abriéndose paso por el Himalaya en torno al 1500 a.C. La mayor parte de las divinidades de los himnos védicos ya no ocupan un lugar en el panteón hindú moderno, y las que han sobrevivido, como Indra, Agni y Surya, poseen un papel inferior respectivamente.
El libro más antiguo es el Rigveda o “veda de los himnos” datado sobre el 2000 a.C, del cual surgen los demás volúmenes: el Samaveda o “veda del canto” que reestructura los himnos del Rigveda; el Yajurveda o “veda del sacrificio”, que consta de un tercio de los himnos del Rigveda; el Atharvaveda o “veda del Sabio Átharvan», un contra maleficio ritual como consecuencia de un sacrificio de fuego.
«Deseando que me fortalezca por el Soma ¡Oh, Agni! de mí has hecho tu conductor para realizar el sacrificio conforme al ritual» – (Rigveda, A Agni, 3.1)
«Purusha es el universo entero, es lo que ha sido y lo que será. Una cuarta parte de él es todos los seres, tres cuartas partes son cielo inmortal» (Rigveda, 11.28)
Anexos a los Vedas están los Brāhmana o comentarios de los Brahmanes. Radican en una serie de textos de revelación divina, compuestos en sánscrito védico que explican los rituales védicos y los sacrificios de fuego en los que destaca Agni, dios del fuego que arde en el sol; Indra, dios de la atmósfera y del firmamento claro y Surya, dios del sol.
El Purusha-sukta del Rigveda es una entidad omnipresente y se asocia al Brahman de los Brahmanas. Los himnos le describen como un gigante de mil cabezas y mil pies, sacrificado en un ritual de desmembramiento por los devas, dioses mayores traducidos como «brillantes» o «celestiales».
Brahman y los brahmanes
Si hay un dios que ha sobrevivido desde la época antigua, ese es Brahma. El hinduismo heredó del brahmanismo la noción de un Espíritu Absoluto, un principio cosmogónico neutro y eterno, la fuente, causa y fin de todas las cosas.
Puede decirse que el hinduismo es una forma de henoteísmo, una práctica religiosa que reconoce una divinidad suprema por encima de otras menores, y a quien dirige su culto mayoritario.
En cuanto a Brahma, éste se manifiesta bajo la forma de una tríada divina, el Trimurti, formada por: Brahma (espíritu masculino) el Creador; Vishnú el Conservador y Shiva el Destructor y Engendrador de vida.
Ha sido representado profusamente en el Arte, destacando el género escultórico y pictórico. Probablemente, el prototipo más reconocido a nivel mundial es el de “Shiva Danzante”, también llamado “Señor de la Danza” o “Shiva Nataraja” quien baila en la postura bhujangatrasita karana engendrando el propio movimiento del universo; cuando Shiva cesa, el universo para con él.
Está rodeado generalmente de cinco puntas ígneas (aunque pueden ser más, como en la imagen) que representan el fuego cósmico que destruye el universo junto a la flor de loto, que lo renueva en un ciclo eterno. Aparece pisando al enano Apasmara Purusha, alegoría de la ignorancia y el ciclo de reencarnaciones humanas o samsara.
Los sacerdotes oficiantes de los himnos védicos son los brahmanes, quienes adquieren su nombre del dios, de quien preparan, conservan y transmiten su tradición sagrada. Sin embargo, no todos los brahmanes son sacerdotes: aunque su poder reside en el estudio de los Vedas, muchos se entregan a labores seculares. Su supremacía se extiende hasta la actualidad, consolidada en un sistema de estratificación social de castas.
La sociología estudia los sistemas de castas como una manera de estratificación social a la que se pertenece por nacimiento, de carácter inflexible y, en el caso de la India, justificada por criterios espirituales: cuando uno reencarna en una casta determinada es porque viene a aprender una lección de vida específica y adecuada al desarrollo espiritual de esa persona. Por ello, la posibilidad de ascender en la escalera social es inviable, ya que cada individuo que encarna en la Tierra por el eterno ciclo de perfeccionamiento del samsara, lo hace con las consecuencias del karma generado en vidas anteriores.
Upanishads
Es el último apéndice para comprender la formación de la religión hindú. Del sánscrito “doctrina esotérica” es la escritura sagrada más espiritual del hinduismo que data del siglo VI a.C. Comprende aproximadamente 200 textos en su mayoría en prosa, donde la filosofía, teología y metafísica del brahmanismo encontró su plena expresión, aunque su redacción es posterior a la de los brahmanas.
Su objeto es encontrar el significado subyacente y la esencia oculta de los Vedas.
Abordan temas tan importantes como el origen del universo, la naturaleza de Dios, del alma humana y la relación entre el espíritu y la materia. El tratado más conocido es el Īśa Upanishad, aunque quizá el más importante en perspectiva filosófica es el Brihadaranyaka Upanishad.
En un sentido metafórico, los hinduistas entienden que el espíritu de las Upanishads es el espíritu del propio universo; la unidad que subyace al texto es el propio Brahman.
«El Árbol de la Eternidad tiene sus raíces en los cielos, y sus ramas se adentran en lo profundo de la tierra. Es Brahman, el Espíritu puro, quien con razón es llamado el Inmortal. Todos los mundos descansan sobre ese Espíritu y nadie puede ir más allá de él».
-2 Comentarios-
Un buen resumen para ser un asunto tan complejo y tan vasto. Espero a la parte II, pues como bien dice el título, el hinduismo es la madre de Asia. Un saludo.
Muchas gracias por tu comentario, Amaya.
Así es, sel hinduismo es una religión con una filosofía subyacente muy compleja. También se aplica a las prácticas rituales, que son la parte más observable de las religiones.
Estamos encantada de tenerte como lectora de Artemision y esperamos subir pronto la parte II.
¡Saludos!