Tribus y creencias de los nativos norteamericanos
Los nativos norteamericanos son un conjunto de tribus y pueblos con una historia y costumbres fascinantes. Se extienden mayoritariamente por el territorio que ocupa actualmente EE.UU, un país que presume ser de los más multiculturales del mundo por su diversidad de etnias.
Sin embargo, este país es tan solo una parte más del enorme continente americano, el llamado «Nuevo Mundo» que los conquistadores europeos conocieron a partir del siglo XV y donde vivieron culturas de lo más variopintas. Hoy, nos centraremos en las culturas desarrolladas al norte del continente.
Los «indios»: un error histórico
Empecemos por una aclaración imprescindible, ya que resulta curioso que este apelativo continúe en la actualidad pese a tratarse de un error histórico:
Los «indios» o «indios americanos» fueron términos acuñados en 1492 tras la llegada de Cristóbal Colón al continente americano. Este primer descubridor, pensando que había llegado a la India tras encontrar una nueva ruta de viaje desde el occidente europeo, en realidad se topó con un nuevo continente lleno de aborígenes que no eran de la India, sino de América. Fruto de esta confusión inicial, Colón los denominó a partir de entonces «indios».
Pero, de hecho, con quien se encontró concretamente Colón fue con los pobladores de Guanahani, indígenas de una de las Islas Bahamas, en Centroamérica.
Con todo, este término se sigue empleando para denominar no solo a los pobladores originarios de estas tierras, sino también a los nativos norteamericanos.
Tribus de nativos norteamericanos
Los nativos norteamericanos, que, como hemos dicho, se extienden por el actual país estadounidense (y también canadiense), fueron originariamente centenares de tribus que no siempre convivieron en paz.
En origen, basaban su economía en la caza y la agricultura, pero, con el tiempo, al igual que el resto de pueblos indígenas del continente, sufrieron un cambio estructural de vida tras la llegada de los colonos europeos.
Dicho cambio implicó la introducción de una nueva economía y forma de comercio en sus territorios, así como su implicación en guerras a causa de la pugna entre los ricos recursos de su tierra.
Algunas de las tribus que vivieron bajo este nuevo régimen europeo fueron los conocidos Sioux, Cherokees y Apaches, quienes diferenciaremos a continuación.
Los Sioux: los «pieles rojas»
Estos nativos norteamericanos se concentraban en el sur de las praderas canadienses. Eran un pueblo nómada y guerrero que basaba su desplazamiento según el movimiento de las manadas de bisontes. Su economía se basaba en el cultivo de maíz, arroz, pesca y caza, así como la recolección de frutas y plantas silvestres.
Los Sioux se dividían en varios clanes: lakotas, nakotas y dakotas, con marcadas diferencias lingüísticas entre ellos. Sus viviendas eran ligeras y fáciles de transportar para su vida nómada: los icónicos tipis, con largas varas de madera y piel de bisonte a menudo decorada con escenas de caza, cuyo montaje era además tarea exclusiva de las mujeres.
Aunque centraban su vida en torno al bisonte, no tardaron en dominar también el caballo una vez que fue reintroducido por los colonos europeos, convirtiéndose entonces en extraordinarios jinetes.
Religión
Por suerte, se conservan sus restos de ritos ceremoniales con un alto componente artístico. Dichos objetos sagrados estaban íntimamente conectados con un cultivo de religión animista con un alto componente mágico-profético:
Los Sioux prestaban especial atención a los sueños y las visiones, creyendo que con ellos se podían vislumbrar presagios de guerra, enfermedades o hechos futuros en general.
En las tribus de los Sioux existía la figura del chamán, una persona encargada de comunicarse con el mundo de los espíritus. Estos nativos norteamericanos, además, celebraban la llamada «Danza del Sol» y ceremonias del estilo para reforzar sus vínculos con el entorno natural y sagrado.
Uno de los dioses a los que adoraban, además de entidades de la naturaleza como la diosa «Unk Kisa», era era al dios «Wakan», que se traduce como «Gran Misterio».
Apaches
Los Apaches se localizan en las tierras áridas del sur de Estados Unidos, repartiéndose por territorios como Arizona y Texas. Eran un pueblo seminómada que habitaba en tipis, vikiupas o vigvams.
Su fama les precedía como feroces guerreros, pero también como exploradores, cazadores, ganaderos de ovejas, cabras y agricultores de maíz y frijoles.
Al igual que los Sioux, son recordados por sus ritos ceremoniales y su gran resistencia a la colonización del hombre blanco. Se comunicaban mediante un conjunto de lenguas atabascanas meridionales en función de su localización geográfica más central, oriental u occidental.
Religión
Su estructura social era matriarcal y muy arraigada a la familia, pero sin perder la unión con la naturaleza, aunque esta no siempre era benefactora para estos nativos norteamericanos:
Los Apaches creían, por ejemplo, que el búho o el coyote eran animales negativos, mientras que veneraban a otros de carácter más amable, como el corzo.
Por otro lado, una de las ramas de la religión apache se enfoca en la existencia de héroes mitológicos representados por el Sol, la Luna o el Trueno, que hacían frente a los peligros a los que se enfrentaba el hombre, cumpliendo una función apotropaica o protectora.
A menudo, los apaches unificaban el poder invisible de la naturaleza con el de los animales para crear conceptos religiosos como el de Diyi, un conjunto de fuerzas invisibles derivadas de animales, minerales, plantas, fenómenos meteorológicos y criaturas mitológicas.
Cherokee
Los Cherokke eran tribus de carácter polígamo y con una organización social matriarcal que se concentraban en la costa sureste de EE.UU tras emigrar desde la zona de los Grandes Lagos hasta el sur de los montes Apalaches.
Era un pueblo destacable por su sentido de la justicia, el perdón y el amor. Tenían una fuerte jerarquización social y sus poblaciones eran notablemente numerosas (entre 30 y 60 casas por poblado).
Subsistían mediante la caza de osos, alces o conejos y el cultivo intensivo de frijoles, maíz y calabazas, así como la recolección de hongos y frutos secos.
Estos nativos norteamericanos se consideraban parte de las “Cinco Tribus Civilizadas”, término que hace referencia a cinco naciones indígenas (chikasaw, choctaw, creek y seminola junto con los cherokee) consideradas “civilizadas” durante el periodo colonial.
Desgraciadamente, los Cherokee fueron forzados a trasladarse a la meseta de Oklahoma tras el contacto con los colonizadores hacia 1838. Un hecho que daría lugar una fragmentación de su lengua iroquesa, pero también a una nueva riqueza: el otali, dialecto de cherokee diferenciado del giduwa, más oriental.
Sus cabañas tenían una forma cuadrada o rectangular donde el revestimiento exterior era construido con corteza de árbol.
Religión
Creían en la existencia de un camino sagrado entre el mundo visible y no visible, enfatizando en las energías y seres espirituales.
Al igual que los Apaches, los Cherokees confiaban en los mensajes de los sueños.
Entre sus ritos o ceremonias destaca la Ceremonia del Maíz Verde, celebrada cada año para atraer lluvias y buenas cosechas, donde veneraban a los sirvientes del Espíritu Creador de la Tierra y todas las cosas (Unetlanvhi), que eran los truenos.
La tribu alababa a esta entidad mística mediante canciones y danzas. Una muestra más de la estructura social de esta tribu es que, por ejemplo, además de la caza era tarea de los hombres entonar los cantos a Unetlanvhi y de las mujeres bailar alrededor del fuego.
A partir del siglo XIX, los Cherokee se adaptaron a la cultura occidental, perdiendo muchos de sus rasgos culturales tradicionales.
-0 Comentario-